3.4.2.1. | Dorado al agua (o a la templa). |
Las fases son las siguientes:
1º Embolado.
Consiste en el tratamiento de la superficie a dorar/platear. Son las colas (carpintero y de conejo) y el sulfato cálcico.
2º Dorado.
Propiamente dicho, es el proceso por el cual el pan de oro se coloca en el pomazón, se corta con el cuchillo de dorar y tras humedecer levemente el bol con una suavísima templa de agua con una gotas de cola piscis (o agua con almidón si se trata de oro falso), se levanta el trozo de oro con la polonesa, y se aplica sobre la superficie, así hasta completar la pieza a dorar. Una vez realizado el dorado, se deja reposar hasta que seque (aprox. 5 horas) antes del proceso del bruñido.
3º El dorado con pan de oro.
Es una operación delicada. Las hojas de oro son ligeras y muy frágiles. Por eso, es necesario cerrar las puertas y ventanas para evitar toda corriente de aire que pueda hacerlas volar. Incluso, a veces, también contener la respiración al acercarse al pomazón para dorar. Otras precauciones, ninguna herramienta para el manejo del pan de oro debe ser tocada con las manos y mucho menos las propias hojas de oro, de no hacerlo así se romperían en mil pedacitos. El cuchillo para dorar se debe desengrasar con alcohol antes de usarlo. El pomazón, recubierto con piel de becerro (gamuza) desengrasada, nunca se tocará con los dedos donde se pone el oro. Finalmente, no se debe intentar retener o tomar la hoja de oro con los dedos, se destruiría totalmente, hay que manipularla con la polonesa.
Se pone el cuadernillo de hojas de oro sobre el cojín y con la ayuda del cuchillo se deslizará una hoja sobre el pomazón. Se puede soplar suavemente sobre ella para colocarla bien. Con la hoja extendida sobre el pomazón, se procede a cortarla en cuadrados más pequeños y adecuados al sitio a cubrir.
El corte de la hoja se hace con el cuchillo de dorador, colocando este sobre la hoja, presionar ligeramente y realizar el movimiento de cortar, adelante y atrás, con cuidado no se corte la piel del pomazón.
Con un pincel fino se aplica el agua de dorar en abundancia sobre el bol en una pequeña parte de la superficie a dorar. Se toma un pedazo de oro con la polonesa y se pone sobre el agua. Para que el pedazo de oro se pegue a la polonesa, basta con frotarla ligeramente esta sobre la frente o la parte superior de la mano y con la electricidad estática que toma es suficiente para atraer el oro y así llevarlo del pomazón al sitio donde se quiere depositar.
Una vez depositado el oro, el mismo se extiende solo sobre el bol por capilaridad del agua, si no es así se puede ayudar con un pincel muy suave y si salieran burbujas de aire bajo la lámina, se golpea ligeramente con un pincel suave para expulsarlas. Estas operaciones se repiten hasta cubrir la totalidad de las partes a dorar. Se tiene que tener cuidado de hacer coincidir los pedazos de oro para evitar zonas descubiertas en el dorado final, estas zonas se quitan dando agua sobre los mismos y aplicando nuevamente trozos de oro.
4º Bruñido.
Es la acción de dar brillo a una parte dorada con una piedra de ágata. Después de unas horas y de comprobar que el oro se ha pegado bien y de haber limpiado la zona de los restos de oro, se pasa a la fase de bruñido y para ello se utilizan las piedras de ágata, en sus distintas formas, para pulir sobre el oro presionando ligeramente y haciendo pequeños círculos. Se puede comprobar que la parte pulida va tomando brillo y contrasta con la parte no pulida que es de color mate.
El bruñido se termina limpiando la superficie delicadamente y retirando los restos de oro con un pincel suave. Si apareciesen zonas sin dorar, se debe poner nuevamente agua para dorar en los agujeros y se coloca oro siempre en trozos más grandes que el agujero a tapar, se espera hora y media y se pule de nuevo la zona. Si se ha utilizado oro auténtico, no es necesario barnizar la superficie dorada (pues es un metal inerte y no oxida); pero si se ha utilizado oro de imitación o falso, es necesario barnizar para evitar la oxidación.